Para estas clases, prepara un espacio en el que puedas practicar sin interrupciones, cómodamente y tranquila. Coge tu esterilla, un taco o dos de yoga si lo tienes, puedes usar libros también gruesos y una manta para la relajación final. Si quieres acompañarte de una vela o incienso, muy bienvenido.
Espera mover el cuerpo a través de secuencias de asanas suaves y fluidas.