Si no te aceptas, ¿cómo vas a ser tú misma?
Si no quieres a la mujer que eres, si no abrazas el ser que has sido llamada a ser y rechazas aspectos de ti, los niegas, los ocultas, no los dejas salir a la luz… ¿Cómo ser auténtica?
Jugando a papeles que no son el tuyo, que no eres tú por el rechazo que te infliges, estás negándote vivir siendo tú, vivir viviendo tu vida.
La aceptación llega dándote el tiempo y el espacio para verte.
Si me veo, si me permito acceder a todas mis partes, puedo reconocerme, puedo ver lo que hay, lo que soy… y luego ver qué hacer con ello.
Aceptar* significa reconocer lo que es y a pesar de no gustarnos, asumir que no podemos hacer nada para modificarlo, aprender que eso es y está bien que así sea. Haciéndolo reforzamos la vulnerabilidad y aspectos como la tolerancia ante pérdidas, desengaños, situaciones que no van bien…
Al aceptar dejamos de luchar y eso nos aporta calma, bienestar… Y puedes centrarte en otras cosas como por ejemplo estar bien aquí y ahora.
Me destrocé
Me rompí
Me herí
Ahora me protejo por encima de todo.
Con mimo, ganas, consciencia y perseverancia.
Mi cuerpo es mi templo.
Mi mente es mi fortaleza.
Me hablo y escribo a diario.
Medito.
Practico yoga.
Estoy en mí.
Ya no hay lucha.
No quiero más de eso.
Me doy la mano.
Y trabajo con constancia para seguir queriéndome cada día un poquito más.
Breve micropoema de “Yoga para equilibrar las emociones”.
Muchas hemos vivido durante años luchando contra nosotras mismas porque no nos gustaban aspectos nuestros. A menudo físicos. En ocasiones también de carácter.
En mi caso partes de mi carácter me llevaron a centrarme en lo físico y emprendí una gran lucha contra mi cuerpo. Si no podía cambiar esos rasgos (timidez, introversión, dificultad en entornos sociales…), cambiaría mi cuerpo. Por supuesto el tema es mucho más complejo que esto pero para que seamos conscientes que lo uno puede llevar a lo otro y lo otro a lo uno. Todo está intrínsecamente relacionado.
Me propuse cambiar mi cuerpo y eso hice. He de admitir que cuando me propongo algo, suelo conseguirlo, aunque no siempre sea en mi propio beneficio. Ese breve fragmento de arriba expresa muy bien lo que viví pero terminé dándome cuenta (gracias a mucho trabajo interno y búsqueda) de que por ahí no era el camino.
Terminé viendo que la vía para ser realmente feliz (luchando y negándote a ti misma es imposible estar bien y ser feliz) pasaba por aceptarme.
He vivido todo tipo de etapas y momentos. Mejores, peores, recaídas… Voy a admitir que es mi talón de Aquiles, ¿todas tenemos el nuestro, no? Y es importante saberlo, conocerlo y aceptarlo. Aceptándolo, no resistiéndote a él, puedes amigarte y buscar los mejores modos para ponerte cómoda con ello. Pero he llegado a aceptar que mi cuerpo es mi cuerpo y este es mi templo y sólo así, puedo moverme por la vida siendo yo misma. Con mi altura, mis curvas, mis sensibilidades en la piel, mis molestias digestivas o migrañas, mis piernas, momentos de máxima sensibilidad en los que me duele hasta la luz del sol al tocarme… Sí, esta es Anna y aunque haya partes que quisiera distintas, acepto que no pueden ser de otro modo y veo modos de llevarlas mejor.
Coge papel y bolígrafo y responde a las siguientes preguntas.
¿Cuánto me conozco?
¿Cuánto en contacto estoy conmigo misma?
¿Qué nivel del 0-10 siento de aceptación respecto a mí (físico y emocional-carácter)?
¿Dónde no me acepto?
¿Y cómo se expresa esa no aceptación?
¿De qué modo podría aceptar esas partes de mí?
¿Dónde estoy siendo más yo o cuándo?
¿Y cuándo menos?
¿Y por qué? ¿Qué me impide ser más yo?
Querría escribir mucho más sobre esto pero para hacerlo más fácil, he grabado un breve audio que te dejo en el espacio de abril igual que en el apartado de Reflexiones.
En este audio hablo de:
La sensibilidad
Cuestiones físicas y de salud
El cuerpo
Dos mujeres fuertes, preciosas, poderosas, inspiradoras y creativas que muestran mucho sobre la aceptación, ser una misma, el amor propio, son Alex Elle y Rupi Kaur.
Sin aceptación no hay un “yo” definido, enraizado, fuerte, estable y nos movemos por la vida interpretando personajes en lugar de ser y dejar ser vista a la mujer verdadera que somos.
¿Cómo quieres seguir viviendo tu vida?
¿Desde qué lugar?
Te dejo para reflexionarlo.
Un abrazo,
Anna
*La aceptación va más allá de lo relacionado con una misma pero en este espacio ahora mismo estamos centrándonos en nosotras. En mi libro, Yoga para equilibrar las emociones, hablo de la Aceptación a nivel más genérico, lo tienes en el capítulo 10 con algunas prácticas para trabajar en ella.