Editorial Zenith de Grupo Planeta
Fotografía: Lara López
Ilustraciones: Mireia Julià
He escrito un libro y no puedo estar más feliz.
Este momento es muy especial para mí. Muy dulce, emotivo, muy íntimo pero al mismo tiempo, un momento para compartir y celebrar en grupo, junto a quienes estáis cerca, sea del modo que sea.
El mes de junio ha dado su inicio y al mismo tiempo, mi primer libro, ha visto la luz. Un libro en el que he estado trabajando desde finales de 2019 y en el que me he zambullido de pleno durante todo 2020, ¡covid-19 y cuarentena incluida!
Es una gran noticia para mí poder verbalizar que mi libro ya está aquí y que sí, efectivamente, uno de mis grandes sueños, se ha hecho realidad.
Esto es la muestra, una vez más, de que lograr lo que queremos, lo que tanto deseamos, es posible.
Lo quise y lo sentí desde niña y lo sentí muy fuerte hace unos años en mi primer viaje a la India. Al regresar, empecé a escribir como una loca. A ordenar escritos viejos, darles más sentido, conectar los unos con los otros… Y a buscar la manera de darle vida a todo aquello. Luego llegó mi editorial, Zenith, del Grupo Planeta y surgió otra idea.
Un libro alrededor del yoga.
“Pero si yo no soy maestra, no me dedico a ello”, salió de mí en aquella primera reunión. “No queremos una experta profesora ni una gurú, queremos a alguien real que integre el yoga en su cotidianeidad y que lo viva a diario”. Esa soy yo. Eso sí, sin duda.
El yoga está en mi vida desde que llegó a ella hará ahora unos 7-8 años. Llegó para quedarse revolucionándolo todo, poniéndolo todo del revés pero permitiéndome acceder a una Anna que no se mostraba, que no se dejaba ser ella misma.
Quizá hayas oído decirme que el yoga cambió mi vida. Sin duda. Me permitió verme con otros ojos y aceptarme, quererme. Ser mucho más flexible ante todo, mental y físicamente. Empecé a distanciarme de las cosas, a no tomármelo todo tan a pecho, a ser la mejor versión de mí misma. Y no fue inmediato, no fue instantáneo, de modo que aprendí a ser más paciente también.
Y luego llegó la meditación y al mismo tiempo que ambas prácticas, la escritura más terapéutica y de diálogo interno. Recuperé a la mujer que era a la vez que recuperaba escritos, diarios, mi ritual de escritura para sincerarme conmigo misma… Y accedí a muchas otras prácticas de conexión y de presencia.
Lo experimenté prácticamente todo, como buena Géminis que soy y me quedé con mi maravilloso kit.
“Vivimos continuamente en la actividad, en estado de acción, de alerta, gestionando y pasando de un pensamiento a otro, pero para estar en contacto real con nosotras, llevar la mirada al interior y dejar ese estado de emergencia y de más hacer (exigencia, perfeccionismo, control…) hay que encontrar la calma y la tranquilidad desde prácticas como la meditación, que nos ayuda a bajar el ritmo habitual de pensamientos”
Este no es un libro de dogmas.
No soy experta ni maestra de nada.
Soy una gran apasionada de la práctica, entregada, gran defensora, devota… y de ello te hablo en estas páginas y puede que justamente por eso, pueda llegar a personas que nunca antes se atrevieron a acercarse a la práctica. Porque para nada mis palabras pretenden invitar a nadie a un mundo de tecnicismos, ni de contorsionismo. Tampoco de perfeccionismo.
Va de dejarse fluir, ser y experimentar. Y si practicas habitualmente, me encantará también que te adentres en él para enfocarte en las emociones que exploro a través de 12 capítulos.
Este libro es un recorrido por distintas emociones. Algunas de ellas emociones incómodas, dolorosas, molestas, esas que deseas arrancarte de la piel y lanzar bien lejos. Otras, más energéticas, potenciadoras, de vibración más alta, que querrás tenerlas en abundancia para sentirte bien, equilibrada, balanceada, feliz, creativa.
Exploro emociones, cómo se manifiestan, cómo nos afectan y te propongo prácticas para trabajar cada una de ellas. Hay yoga, por supuesto, pero también meditación, escritura, mindfulness y muchos más rituales.
“Durante muchos años viví en un profundo desequilibrio conmigo misma. Rechazaba mi cuerpo y también a la persona que lo habitaba. Estaba inmersa en un bucle de pensamientos negativos, críticas y exigencia.
Me hacía daño, no me permitía sentir determinadas emociones y, muchas de las que sí sentía, no sabía cómo gestionarlas.
Me exigía demasiado, y esa actitud tiránica conmigo misma me situaba en una posición de búsqueda constante.
Buscaba incansablemente sin ni siquiera saber el qué, lo que solo me generaba insatisfacción, ansiedad, presión y estrés.
Todas ellas, emociones que ahora sé identificar, pero que en ese momento formaban parte de un estado de bloqueo e insatisfacción general.
Me faltaba equilibrio, necesitaba dejar de hacerme daño y, en un momento dado, dije «basta». Merecía otra vida, plena y feliz, y así llegué al yoga”.
Espero que, en el caso de que te hagas con mi libro, lo disfrutes y sobre todo te ayude a trabajar en tus distintos estados emocionales.
Un fuerte abrazo,
Anna
“Alguien se ha equivocado, esto no es para mí.
Quiero devolverla.
Esta no es mi vida, esto no es para mí.
Me niego.
Amo la vida, voy a salir de esta.
No me voy a permitir bajar más allí abajo.
No me voy a dejar perder, no me voy a morir, no voy a maltratarme más.
Me quiero, me quiero, me quiero.
Anna, repítelo, repítelo, verás cómo lo sientes, lo haces tuyo,
verás como es cierto”
“Yoga para equilibrar tus emociones” está disponible en: