Port de Pollença, Mallorca Mayo 2021
Hay personas que se reconocen en la búsqueda constante de algo. Hay como una especie de inquietud interna que no les permite estar 100% bien, tranquilas, acomodadas en su presente y tienen el punto de mira puesto en algo que no tienen, en algo futuro que a veces no saben qué es, ni dónde está ni cómo. Buscar sin saber que se busca.
Yo también he estado ahí y en ocasiones me sorprende que vuelva a asaltarme esa inquietud cuando pensaba que todo estaba ya colocado. Una inquietud que se presenta distinta porque trata de otras cosas pero eso se mueve, se expresa y es que, esta vida nuestra está viva, de ahí que sea lo que es y como es. Todo es movimiento, evolución, interna y externa y por eso justamente lo que un día era válido para nosotras, puede no serlo mañana. Por ejemplo esos estudios que decidimos y carrera profesional, ese lugar en el que vivir y una determinada manera de hacerlo…
Hace tiempo dejé de creer en “los para siempre” porque estos solo nos presionan y nos anclan a cosas del pasado que decidimos en un momento dado pero que quizá no son nuestra verdad a día de hoy. Y esto, como la búsqueda a la que me refería antes, puede ser en relación al trabajo o vocación, a nuestro “lugar en el mundo”, pareja o en general con amistades o nuestra relación con los demás.
Buscamos porque estamos incómodas con algo, inseguras, dudosas, no alineadas… y durante ese tiempo no estamos 100% presentes. No disfrutamos de lo que tenemos, de lo que hoy ya está en nuestra vida. Buscando eso que me falta no veo que hoy ha sido un día maravilloso, que a mi alrededor tengo a personas increíbles, que vivo en este paraíso o que he trabajado y he hecho bien todo lo que tenía por hacer. Quizá este no sea el sitio en el que voy a vivir dentro de un mes o este trabajo sea sólo pasajero pero me estoy perdiendo lo bueno que seguro que hay en todo ello poniendo la mirada en algo que será o no será, que no se sabe cómo ni cuándo… En eso que no sé ni qué es.
Y esto es una de las cosas que nos pasan. Nos perdemos el precioso valor del momento presente por instalarnos en la búsqueda. Una búsqueda que desconocemos porque ¡cuántas veces no estamos buscando a ciegas, sin saber qué buscamos!
Todo esto se está moviendo mucho en el grupo de coaching de vida, que estamos haciendo durante 5 semanas, entre mayo y junio. La búsqueda de nuestra verdad, algo que nos mueve a todas, ya sabemos que al final las personas somos espejos las unas de las otras. Y por supuesto que lo que allí surge es un espejo, para unas, para otras, también para mí. Y justo llega lo que debe llegar, para moverte, tocarte, quizá despertarte,,, cuando tú estás pensando y ocupando tu mente con cosas que tienen relación a eso que personas cercanas exponen y expresan.
A veces tenemos ideas muy claras de cómo queremos que sean las cosas. Más bien cómo creemos que queremos que sean y en esto es algo en lo que he estado pensando últimamente. He llegado a la conclusión de que muchas veces es el ego. ¿De verdad eso es lo que quiero o es la idea que tengo al respecto? Ya sabéis que creo en la manifestación, en cocrear nuestra vida y que me muevo para que así sea pero a veces, por más que nos enfoquemos en algo, que hagamos todo lo que se supone que debemos hacer, ese algo que queremos, no pasa. Fuerzas pero no sale. No sucede, no aparece, no experimentas lo que querías. Entonces, creo importante parar y revisar. De nuevo: ¿Es esto lo que quieres o es la idea que tienes de cómo debe ser? Sí, la misma pregunta de antes. Quizá no sea ese el trabajo, la persona, el barrio o el país. Quizá debamos también, dejar espacio a que las cosas sucedan y la vida, el Universo, nos sorprendan. No digo que nos sentemos de brazos cruzados, tan sólo os invito a soltar un poco más el control y ver qué nos trae la vida. Hay trabajo por hacer, siempre pero, también hay que reconocer cuando toca parar y rendirse a lo inesperado, a lo que llegue. Y vivamos en el presente mientras eso que desconocemos pero que deseamos, llegue a nosotras mientras seguimos bailando y disfrutando de lo que ya tenemos. ¿Lo probamos?
Una buena manera es enfocarnos en AGRADECER y rodearnos bien, tanto de personas como de belleza y todo aquello que nos inspire. Y por ahora, me quedo con la imagen con la que comienzo este escrito, esta casa en el Puerto de Pollença y todo lo que me hace sentir ver e imaginarme en un nuevo lugar, en una nueva casa y en otra ciudad, pueblo o territorio porque, amigas, me estoy dejando llevar, rindiéndome a lo que vendrá y lo que la vida, tiene preparado para mí. Os cuento cómo va el proceso.
Un abrazo fuerte,
Anna