Más en ti…

Fotografía: Beatriz Janer

Si os encontráis en un momento de trabajo personal hacia la conexión con una misma, de reconocimiento, de acceder a todo vuestro interior, al real, al verdadero… un momento en el que por primera vez dejáis aflorar todo vuestro auténtico y más sincero yo… seguramente iréis sintiendo que cuando más “yo” o “tú” eres, más contigo misma quieres estar, más hacia dentro, menos con los demás y en concreto menos con algunos de ellos.

Se trata de un proceso en el que, en algunos instantes, en algunas ocasiones (a menudo muchas), te alejas del mundo para estar contigo. Te vuelves algo más solitaria pero no pasa nada, se trata de algo natural, temporal, momentáneo y necesario. Estás viajando hacia ti, hacia tu interior, hacia tu yo más profundo y eso requiere de tiempo y espacio a solas, solo para ti contigo misma.

Lejos de ser algo egoísta, es el mejor de los regalos que podemos darnos y podemos darle al mundo, a quienes nos acompañan en nuestra vida y forman parte de ella porque… cuidar de nosotras, trabajar en lo que necesitamos, nos acerca a la mejor versión de nosotras mismas y eso nos hace estar en nuestro centro, en nuestra verdad y comportarnos de un modo más compasivo también con los demás, ofreciendo lo mejor de nosotras. Tu actitud, tu mirada, tu visión, todo en ti cambia para mejor.

En todo este proceso, en muchas ocasiones también somos cada vez más conscientes de la distancia que nos separan de algunas personas y empezamos a sentirnos muy alejadas de ellas, con menos cosas en común o sin sentir el impulso que antes sentías para encontrarte con ellas. Esto puede suceder y nuevamente, puede ser algo temporal y necesario pero aunque lo podamos saber, solemos sentirnos culpables. No debemos, no deberíamos. Lo que sucede, está pasando porque debe ser así. No pasa nada, se trata de estar en distintas frecuencias, distintos momentos vitales… 

Es normal preocuparse por esa lejanía, reclusión, aislamiento en el mundo propio, dejar de ver a personas… Pero inevitablemente el proceso de estar más contigo, hace que por una cuestión de tiempos, no puedas estar a todo y con todos los que antes estabas. Se trata de un proceso natural que va de la mano del cuidarse y adentrarse en un viaje de introspección y eso, implica cosas como definir cada vez más quién eres. Lo observas, lo identificas, lo integras y asimilas y finalmente lo manifiestas.

Decir “no” es bueno. Marcas límites, defines lo que quieres y lo que no quieres en tu vida. Eliges. Primero a ti, luego a todo lo que encaja con quien tú eres y lo que necesitas. Y repito, no se trata de un acto egoísta. Tú antes que nadie debes conocerte, aceptarte y respetarte para presentarte ante los demás.

En todo este viaje también dejamos de querer mostrar una imagen determinada de nosotras mismas. Dejamos de pretender y de defendernos, de justificarnos. La única persona a la que le debemos cualquier explicación es a nosotras y aceptándolo, empezamos a mostrar nuestro yo más auténtico, sin importar lo que otros piensen. Sin dejarse guiar por los juicios. Aceptamos que no podemos gustar o encajar con todos. Tampoco a nosotras nos gusta todo el mundo. Esto nos hace más libres y ser libres… lo es todo.

Así que, si os encontráis en este proceso, aceptarlo, abrazarlo, sentirlo y sobre todo, disfrutarlo. ¿Quién mejor puede cuidar de nosotras?