¿Cómo vives? ¿Cómo es tu día a día? Sí, responde, piénsalo. Tómate unos instantes para pensar en ello. Cierra los ojos, puedes visualizarlo. Piensa en cómo es tu vida desde que te levantas por la mañana porque seguro que tienes la misma sensación que yo he tenido durante mucho tiempo y que la gran mayoría sienten: vivimos siempre ocupadas y haciendo cosas, ¿verdad? Bueno, regresando a mi pregunta, ¿te ayudo?
Suena el despertador, pides cinco minutos más, terminas quedándote quince más en la cama y cuando terminas levantándote, todo se acelera porque vas muy tarde para llegar a todo. Sales de casa acelerada, sin ni siquiera desayunar, corres al metro, bus o caminando hasta llegar al trabajo. Ya tienes una presión instalada en el pecho y son solo las nueva de la mañana. Así continúas todo el día, saltando de una cosa a otra sin asimilar nada de lo que pasa en tu día, gestionando, cumpliendo con lo que otros te piden, tachando tareas de la agenda…
La mayoría de personas corren a diario de un lado a otro, diciendo que sí a todo, cumpliendo con timings, entregas, compromisos y olvidándose de ellas mismas. Vivimos una vida de prisas, exigencias e impaciencias. Todo debe ser para YA y nada puede ser para ahora mismo porque todo requiere de sus tiempos, de sus procesos. Las cosas, sean lo que sea, para que estén bien hechas, trabajadas y vividas con conciencia, con foco, con atención y con presencia, deben estar cocinadas a fuego lento. ¿Qué sentido tiene escribir un texto, en mi caso, si mi piloto automático fruto de la prisa, no me permite ni saber qué estoy escribiendo? Esto pasa, ¿verdad? Sea un informe, un diseño, un escrito o una planificación de marketing, redes sociales o eso a lo que te dediques. Lo mismo en tu vida personal. No puedes correr a por los niños al colegio, meterles prisa para llevarles a la actividad que sea extraescolar, dejarlos allí entre bufidos e irte a seguir haciendo otros cientos de cosas. STOP. Basta. ¿Qué es realmente importante? ¿Qué es indispensable? ¿Todo lo que haces en tu día ha de hacerse hoy, esta semana, este mes?
Y claro, estarlo es bueno, es éxito, es popularidad.. Pero no, eso no es saludable, no es equilibrado, no es vivir. Una vida plena, sana, no lo es con estrés. Esa exigencia, esas prisas no es vivir una vida balanceada, plena o feliz. No lo es en absoluto.
Yo era esa clase de persona. Dame 20 cosas que yo te las hago todas hoy mismo y además de regalo, te hago cinco más. Yo era ese tipo de personas que deben entregar algo en “x” fecha y por si acaso mañana o la semana que viene me surge un imprevisto o me entra otro proyecto, hago hoy ya todo el trabajo cuando la entrega es en tres semanas. Eso me generaba un estrés descomunal y siempre estaba totalmente ocupada, como la mayoría. Miras a tu alrededor y parece que si no estás ocupada, estresada y corriendo de aquí para allá, “no eres nadie”. Ese es el status del mundo, no tenemos tiempo para nosotras ni para nuestras personas. Estamos tan saturadas y ocupadas… Y, ¿cuál es la respuesta habitual cuando le preguntas a alguien qué tal está? “Ocupada, uff muy liada”. Dar este tipo de respuestas es como un símbolo de status, de que todo te va TAN BIEN que claro, no paras. Es éxito, es popularidad. Yo personalmente no me siento alineada con ello. Me ha costado mucho cambiar el chip. Siempre quise vivir REALMENTE un estilo de vida más tranquilo, sosegado y slow pero era meramente conceptual, no lograba llevarlo a la práctica porque vivía en esa prisa continua. He tardado algunos años en lograrlo, en abandonar esa vida en la que siempre me faltaba el aliento y apenas respiraba. Para bien o para mal, muchas veces la vida nos pone delante de situaciones para que reaccionemos y cambiemos nuestra manera de hacer y eso fue lo que justamente me pasó un poco en 2018 y por ello terminé viajando a Bali. No creo que se deba llegar a ciertos extremos para frenar y bajar revoluciones, creo que debemos elegir conscientemente el tipo de vida que deseamos vivir y de qué manera lograrla. Elegir el saborear cada instante y vivir lo que estamos viviendo. Suena bonito y es que lo es, lo es de veras igual que también es posible. Es posible abandonar las prisas, la exigencia, las eternas listas de tareas, la impaciencia, la inmediatez y lo es eligiendo conscientemente ir hacia allí.
Vuelvo a preguntarte, ¿qué vida llevas? ¿Y qué vida quieres llevar? ¿Es esto lo que quieres? ¿Estás en sintonía contigo misma? Yo no quería seguir corriendo y trabajé por dejar de hacerlo. ¿De qué modo? Estas son algunas de las cosas que he empezado a aplicar en mi vida, sobre todo laboralmente aunque cada uno debe encontrar su propia fórmula en función de la vida actual que llevé:
- Decir “no” a proyectos que requieren de entregas inmediatas
- Calendarizar con mucha conciencia, atención y realismo, todos los proyectos que acepto, dejando suficiente margen entre unos y otros para trabajarlos bien, con tiempos, con pausas, sin que unos se pisen con otros
- Dejar espacios en blanco, huecos en mi agenda para dar lugar a la espontaneidad
- Reservarme momentos para trabajar en mí, personal y profesionalmente
- Decir “no” a ciertas cuestiones sociales, sobre todo he dejado de asistir a eventos, inauguraciones, presentaciones o limitar mucho a las que acudo
- Dedicar el tiempo libre a personas que realmente suman y aportan a mi vida. No debemos tratar de cumplir con nada ni nadie en esta vida, nadie ni nada más que con nosotros mismos. Las relaciones personales deben ser totalmente libres, sinceras y positivas
Fotografías: Anna Alfaro, Berlín 2018
Si lo que te cuento por aquí es algo con lo que te identificas y quisieras cambiarlo, ¿por qué no empezar hoy mismo y abandonar ese siempre estar ocupada y haciendo cosas? ¿Qué tal si simplemente empiezas a favorecer en tu vida momentos para hacer algo que simplemente sientas bien, centrarte en ese hacer que puede ser sencillamente no hacer nada? Saborearlo, quedarte en ello y no ir hacia ninguna meta.
Si quieres una vida más tranquila, consciente, real, auténtica… si quieres saborear tu vida y respetar tus tiempos, tus momentos, tu paz interior, tu esencia… Ve a por ese estilo de vida que deseas. Al final, lo más importante siempre es el compromiso que tú tienes contigo misma.
Hablo con más profundidad de esto y otros conceptos en CUIDARME, por si te interesa seguir ahondando en este tipo de cosas. Un viaje hacia la conexión contigo misma y el trabajo de aspectos que quizá no se sienten muy bien en ti pero que con conciencia, puedes llevar hacia el lugar que deseas.
Gracias por pasarte por aquí,
Un abrazo,
Anna