Si no he pensado en diez mil temas, conceptos, ideas, proyectos…. durante mi viaje a Bali, no he pensado en ninguno y el lujo, pero como a continuación lo entiendo yo personalmente, ha sido uno de esos temas que ha aparecido en mi mente.
No es la primera vez que pienso en el lujo, es decir, que me paro a reflexionar sobre ello y en concreto lo hago en relación a los lugares y en concreto con esos que hacen que te sientas en casa. Para mí eso es lujo, para mí eso es sagrado. También me planteo el lujo fuera de los espacios, por supuesto. En relación a experiencias, objetos… Pero en este caso voy a hablar de ello refiriéndome a los lugares que es lo que más he valorado durante mi viaje (y también por una cuestión de no extenderme eternamente). ¿Qué es para mí el lujo? Vamos allá…
Durante este mes en Bali me he alojado en distintos lugares y para mí, el significado de lujo tiene que ver con el sentirse en casa como ya adelantaba. Con el concepto de hogar, estés donde estés y también aplicable a cuando te marchas a vivir a otro país y debes construir de nuevo tu lugar (algo que en Bali he visto en casa de mis dos familias amigas). El lujo existe cuando logras que tu nueva casa, sea tu hogar y que ese hotel, apartamento o hostal, también lo sea, aunque estés ahí unos pocos días. Que tu tiempo en ese lugar, sea sagrado, sea de calidad, sume. Sino… Y esto lo he dicho muchas veces, me quedo en casa. Y con esto, no hablo de tener que pagar millonadas. No es necesario, no siempre. A veces coincide, ayuda, sí, por supuesto pero no está siempre relacionado.
Continúo. Para mí el lujo tiene que ver con lo que ese espacio te aporta, te transmite y lo que conectas con él y como te sientes estando ahí. No basta con cuatro paredes y unos muebles funcionales. Ni para una casa en la que vivir ni para un lugar en el que quedarse a dormir aunque sea por unas pocas horas. El lugar en el que estoy, para hacerme sentir en casa, para estar “de lujo”, debe estar cuidado. La funcionalidad es importante pero vayamos un poco más allá…
En total he estado en seis alojamientos. Dos en Ubud al llegar, el retiro de silencio, uno en Canggu y dos nuevamente en Ubud al final del viaje. Pues bien. Me quedo con dos de ellos. Mi segundo alojamiento al llegar a Bali que precisamente no elegí yo y ¡qué casualidad yo que siempre quiero tenerlo todo controlado -no en este viaje desde luego- pero esto es un claro ejemplo de cómo la vida, te trae eso que necesitas para aprender… Pues bien, tuve que quedarme en este lugar porque hubo un error en mi reserva y reservamos dos personas el mismo lugar con lo que yo me moví a donde me dijeron. Pagué 19€ por noche y sí, para mí fue un lujo. El otro, el último antes de volver a Barcelona. 40€ la noche. Igual de caro que el anterior en el que no me sentí demasiada cómoda y más barato que el Retiro donde no me sentí nada bien.
¿Qué siento que es importante para mí cuando me alojo en un lugar?
- La luz. Para mí la luz es imprescindible. Luz natural a través de ventanas, balcones, terrazas y/o jardines y luz que se crea en los interiores gracias a la iluminación, el color de las paredes, las tonalidades de los muebles y elementos decorativos, incluso las sábanas y cojines.
- La limpieza, vital, imprescindible.
- Animales, insectos… Relacionado con lo anterior aunque hay veces que no tiene que ver porque el lugar está limpio pero si estás en la selva, obviamente hay animales. No me considero una maniática pero 1) a mi los mosquitos no me pican, me devoran y puedo ponerme repelente, mosquitera, etc pero en un solo instante que me mueva y no esté en zona “protegida” o el efecto del líquido, soy presa seguras 2) ir al baño a media noche y encontrarme una cucaracha gigante, no me apetece 3) dormir con gekos en la habitación no me da mucha tranquilidad y sé que son inofensivos pero no me gusta, lo siento, me pone nerviosa y además, si ya los conocéis, sabéis que reclaman a otros de su especie “chillando” con lo que… Gracia, poca.
- Kettle y nevera. También imprescindibles. Poder hacerte una infusión por la noche, por la mañana o cuando quieras, es básico y más durante tantos días. Y una nevera, que a veces te apetece cenar o desayunar o picar algo estando en la habitación y no puedes sino tienes donde conservarlo hasta que quieras comerlo.
- El silencio. Que sea un lugar tranquilo, con paz. Que no haya ruidos alrededor, ni de tráfico, ni de otros huéspedes, ni fiestas de otros alojamientos, bares o restaurantes.
- Situación. Esto depende mucho del tipo de viaje que vayas a hacer pero lo he observado en Bali y también en el viaje a Berlín, además de en otros viajes claro. Me explico primero respecto a Bali y luego voy con Berlín. Por muy preciosa que sea la selva, hay veces que estar en ella, te aísla de semejante manera que te condiciona. Si yo quería ir a clase (de yoga y meditación), dos veces al día, estar en una zona perdida, con un acceso complicado y teniendo que atravesar medio Ubud… esto me obligaba, de alguna manera a tener que prescindir de una de las clases para no estar todo el día arriba y abajo. Berlín. Nos alojamos en un apartamento precioso, era hogar totalmente, pero… a nuestro alrededor no había demasiados lugares que nos gustaran para desayunar, comer, tomar un café… En ambos casos me recomendaron el alojamiento (en Bali) y el barrio (en Berlín) pero para cada uno, el sistema de valores que nos hacen abrazar más o menos los espacios y lugares, es uno con lo que el “lujo” propio y personal, varia en cada uno de nosotros.
- Que sea un lugar amplio en el que puedas moverte y no ir tropezando con la maleta, la mochila, la ropa toda amontonada porque no hay espacio para colocarla… Y que el lugar sea bonito e inspirador. Sino como decía antes, para estar “mal” o en un sitio que no me gusta, me quedo en casa. Lo siento pero el espacio, debe gustarme y repito, no es una cuestión de precio. Ya habéis visto de qué precios os estaba hablando…
Todo esto se aplica también a los cafés y restaurantes, algo que también he valorado mucho en este viaje. Para mí los mejores no han sido los más caros. De hecho no he ido a ninguno que fuera caro pero siempre pagas más en unos que en otros. Pues bien, los más cools, hipsters y modernos, los que menos me han gustado. Me quedo con esos que apenas conocía nadie y en los que en más de una ocasión, he estado sola, sobre todo en los desayunos o cafés. Qué maravilla… O no necesitar mil pantalones o camisetas, vivir el lujo de tener una sola maleta eso sí, con suficientes tops de yoga para las clases diarias, tops de yoga que me encantan y me hacen sentir cómoda a la vez que… bonita.
Es cierto que depende del tipo de viaje que hagas, quizá unas cuestiones pesen más que otras pero vaya, yo sigo queriendo que sea bonito, esté una noche o esté cinco, y esté bien situado, vaya o no a yoga varias veces al día, me importe más o menos el café de la mañana o haya nevera aunque quizá no la use.
¿Qué opináis de esto? ¿Qué es para vosotras/os el lujo? Estoy segura de que si os animáis a compartir qué valoráis, me daré cuenta de cosas que yo también valoro, seguro que me dejo cosas pero… estando en Bali, esto es lo que más he visto y apreciado.
Fotografías: Anna Alfaro