Este mes os hablo de viajes. Ha dado la casualidad que se concentren ambos en este mismo mes pero supongo que es bastante apropiado dadas las fechas en las que nos encontramos y en las que a todos nos apetece viajar. Pues bien, tengas más o menos días, con Japón y Berlín, tienes dos opciones de viaje, a cuál más recomendable. Cada uno, por supuesto, ¡en función de lo que estés buscando! A Berlín, como explicaba en el post de “Tomarse una pausa”, viajamos para encontrar calma y desconectar estando en una ciudad conocida pero siempre estimulante por lo viva que está vayas cuando vayas.
Alquilamos un precioso airbnb y planteamos los días allí con bastante tranquilidad. Teníamos bastantes lugares apuntados, muchas recomendaciones pero no queríamos presionarnos, del mismo modo que espero que no lo haga nadie el leerme ya que pienso que esta, es una ciudad a la que puedes ir sin nada anotado y aún así, encontrar lugares maravillosos, en todos los sentidos. Todo tiene algo… que te atrapa y te engancha. De todos modos, aquí algunas pistas:
Comer en Monsieur Vuong
Tiene mucho rollo este lugar. Un vietnamita en pleno barrio de Mitte, a dos pasos de la preciosa tienda Aesop o la papelería – librería, imprescindible Papier in Mitte de la que sales con bolígrafos, libretas, agenda, papeles de todo tipo… Locura y maravilla.
A Monsieur os diría de ir de noche por la iluminación y el ambiente que se crea en el local. Comer en barra o en mesa compartida, perfecto. La carta no es muy amplia pero es deliciosa. Opción vegetariana muy buena y la infusión de jengibre y limón, top.
Selig Berlin. Buenísimo, en el centro de una plaza, se trata de un local acristalado, con muchísima luz natural y donde se come muy bueno, tanto desayunos, comidas, meriendas…
Mundvoll para desayunos o brunch.
Cerca de Mundvoll, Bonanza para café de especialidad. Se encuentra algo perdido pero muy interesante llegar hasta él, en medio de un campo y entre edificios que parecen oficinas pero con todo el rollo y el look del mundo. Buen café y espacio.
Voo Store. Quizá comprar alguna pieza allí es complicado por un tema de presupuesto pero es interesante acercarse a esta concept store ubicado en un patio interior entre edificios y tomarse un café allí mismo o pedirlo para llevar.
Fotografía en la Helmut Newton Foundation, una maravilla si eres apasionado/a de la foto y de la moda.
Hallescheshaus, una tienda de muebles y objetos de decoración preciosa en la que se puede comer, tomar un café y/o trabajar mientras tomas algo. Con muchísimas plantas colgantes que hacen aún más especial el lugar.
Librería con revistas muy interesantes, de todas partes del mundo, un imprescindible para los amantes, como una servidora, de revistas, libros, table books y similares: Motto.
Otra librería: Do you read me?
Roamers coffee. Es pequeñito pero desayunar aquí, merece la pena. ¡Sin duda!
Funk you, Natural Food. Orgánico, veggie, mucha variedad en cuanto a bebidas, opciones de sándwiches, ensaladas y wraps.
Fotografías: Anna Alfaro
Nest para un brunch. Lo sirven en formato buffet, muy bueno aunque imprescindible reservar.
Nothaft Seidel Café, café, matchas, chai y comida orgánica home-made deliciosa. Mejor desayunar o una comida rica sencilla.
¿Qué os parece? Creo que Berlín, sinceramente, es una ciudad en la que perderse muchas veces y también siento que es una ciudad en la que vivir. El frío me tira un poco para atrás pero… me atrae muchísimo y cada vez que la visito, disfruto de lo lindo 🙂 Espero que si tomáis algunos tips de este post, ¡los disfrutéis también!