Hace tiempo que no me detengo a escribir y hablar de alguien interesante, con un proyecto con alma, carácter, personalidad y además, precioso, como es el caso de Alblanc Atelier. Lo echaba de menos, ¡espero que también vosotras/os! Así que, aquí una nueva entrevista. Hoy os presento a Noemí en este “Descubriendo nuevos lugares: Alblanc Atelier”.
Hay que tener cierto sentido de la estética y de la sensibilidad para entender y deleitarse con un proyecto como este. Alblanc es un proyecto de sensibilidad floral. “Compartimos la convicción de que la naturaleza nos conecta con nuestra parte más emocional y nos hace estar en paz y harmonía. alblanc es felicidad, es estilo, es belleza, es atemporalidad”, me cuenta Noemí, la creadora de este precioso proyecto.
Esta diseñadora y directora de arte, se inspira en la belleza, la harmonía visual. Le encanta el diseño de mobiliario, ama la lámpara perfecta de Miguel Milà, las sillas de Hans Wegner, le inspiran y conmueven los espacios y su interpretación, la arquitectura hacia adentro, la fábrica de Ricardo Bofill, le inspira el Empordà, las calitas, el color del agua del mar, las carreteras en medio de largos campos, los brocantes, Última parada y Cul de Sac (yo también os los recomiendo, en el Empordà), las masías catalanas de piedra, Peratallada y sobretodo Les Hamaques y su excelencia.
Sigue inspirándose con el verano, la luz, el paso de las horas, la esencias de las cosas, el bosque y sus composiciones naturales, los artesanos, emprendedores de verdad y el talento. Si puede ser, siempre acompañado de música francesa o canciones antiguas italianas o cubanas, según el momento.
¿Y qué es alblanc?
Sensibilidad por encima de todo. Hay que ser capaces de sentir, emocionarse. Texturas, colores, olores. Dejarse llevar y guiarse por los sentidos. Unos sentidos que buscan la harmonía, la paz y el bienestar.
Esencialidad. La belleza natural de las flores, sus gestos, posturas, movimientos. Descubrir lo que no se ve. Encontrar la harmonía en los matices y contrastes. La modesta sencillez.
Disfrutar de la belleza del después. Ver y mirar más allá de lo fresco y reconciliarse con la vejez. Apreciar el paso del tiempo y disfrutar de sus diferentes lecturas. Redefinir lo efímero.
Diseño como vocación y acercarse a la profesión artesana. Partir de una idea, dotarla de utilidad y ejecutarla con una belleza atemporal.
Respeto y conciencia. Amar nuestro entorno. “Nuestro modelo de negocio está basado en valores sostenibles. Colaboramos con productores locales a los que conocemos de forma estrecha y cercana. Apostamos por las flores de temporada y los materiales naturales y biodegradables”.
alblanc hace referencia a la hoja en blanco antes de comenzar a crear. “Todos los proyectos que hacemos, los productos que lanzamos, los talleres que ideamos… parten de una hoja en blanco que poco a poco vamos llenando de ideas”.
Noemí vivió en Bélgica (parece que últimamente todo me conecta con este país…) y allí vivió algunas de sus primeras veces. “Allí por primera vez viví en pareja dejando la casa de mis padres. También por primera vez me di cuenta de que la naturaleza tenía una parte muy importante en mi vida”. “En medio de muchos días grises, los domingos eran pura felicidad para nosotros. Íbamos al mercado de la Place Flagey, que estaba en una bonita plaza rodeada de parques y lagos, con nuestro perro, el que disfrutaba corriendo por los alrededores. En ese mercado, había una parada de flores que me tenía fascinada. Por esos días, éramos jóvenes estudiantes y teníamos poco presupuesto para las compras así que a menudo teníamos que escoger entre comprar mandarinas (por decir algo) o flores pero ese momento para mí era una dosis de felicidad tan especial que es difícil de describir. Esa felicidad se trasladaba a cada vez que miraba ese bouquet en el salón. Nos pasábamos meses sin ver el azul del cielo y eso era algo que particularmente me afectaba mucho. Para mí, alblanc representa ese momento. El ir al mercado en medio de un día gris y conectar. Conectar con la familia, con las cosas que nos hacen sentir bien y con la naturaleza. Al fin y al cabo, procedemos de ella”.
Cuando Noemí regresó a Barcelona, lo hizo con la intención de crear su propio estudio de branding, Cielo , pero más tarde vio y sintió que necesitaba iniciar una larga búsqueda interna de autodefinición. alblanc surgió en un momento en el que su fundadora tenía muchas preguntas sin respuesta pero fue algo natural y sin demasiadas pretensiones. “Yo me decía que era un experimento de gestión de marca donde poner en práctica teorías, evaluarlas y más tarde poderlas ofrecer. Ahora me doy cuenta que en realidad estaba buscando esos momentos vividos en la Place Flagey pero en Barcelona, momentos que además quería compartir y hacerlos vivir a todos los que vinieran a alblanc”.
Al final, parece que todas las respuestas que estaba buscando Noemí… se encontraban aquí. En su casa, en alblanc.
Fotografías: Anna Alfaro