Me siento afortunada de vivir en una ciudad tan emprendedora y con personas tan involucradas en cuestiones conscientes, de valor, mirando más allá… tratando de crear un mundo mejor con sus pequeñitas pero valiosas aportaciones, favorecer movimientos y acciones para que ciertas cosas funcionen mejor, compartiendo con los demás lo que descubren y apoyando la labor social que todos tenemos por hacer y aportar… Proyectos que además, no sólo por su contenido sino por su forma y por su estética, su mimo y su cuidado, son preciosos. Os estoy hablando de La Imperfecta Belleza.
En pocos días, Barcelona volverá a acoger una nueva edición de este evento que se estrenó y presentó en sociedad el año pasado, esta vez bajo el título: LA IMPERFECTA BELLEZA Nº2. LA PIEL.
Ya tuve el placer de asistir a su primera edición y regresar a casa emocionada, llena de inputs, de ideas, removida por dentro y por fuera, estimulada, activada y muy animada sintiéndome parte de un mundo, de un colectivo que sí quiere moverse hacia algo mejor, real, consciente, coherente y sincero, valorando las cosas como verdaderamente se merecen.
El concepto de La Imperfecta Belleza es algo que quiere defender el valor y la belleza única que tiene cada alimento, cada fruta, verdura, por el mero hecho de existir. Una mandarina, una berenjena, no puede ser fea o imperfecta por no tener el brillo o el tono exacto exigido por unas cuestiones estéticas marcadas por la sociedad de consumo donde la perfección sólo atiende a consignas y exigencias. Esa pera, ese calabacín o ese tomate no pueden dejarse perder por no cumplir una supuesta perfección que en realidad, no existe, es una invención, creada para marcar, sin más, nuevas reglas.
En La Imperfecta Belleza, Elsa Yranzo y Marina Senabre, las madres de este gran proyecto, defienden esa singularidad y particularidad de cada cosa, algo que las hace únicas y precisamente, imperfectamente bellas. Huir de esos cánones de belleza que marcan y quieren determinar lo que es apto de lo que no lo es. Lo válido de lo erróneo, lo regular de lo irregular. Dejando de lado y abandonando lo que se dice que es feo o está pocho. Se trata de un debate entorno a la belleza, algo realmente tan subjetivo… que desde luego no puede estar para nada regulado. Cada cual, persona, objeto, fruta, verdura… es único, única… y singular en si mismo, siendo perfectamente bello… o imperfectamente, depende del prisma con el que lo miremos…
En este evento, en su primera edición, nos cruzamos personas con sensibilidades comunes, afines. Personas a las que estas cosas nos remueven, nos hacen vibrar y nos hacen cuestionarnos (mucho).
Estoy segura que en esta segunda ocasión, aún se removerán muchas más cosas y nadie saldrá de la experiencia indiferente.
La Imperfecta Belleza Nº2 profundiza en la reflexión sobre los cánones a los que estamos sometidos nosotros mismos y sobre la belleza convencional y estricta que reina en la sociedad, en la publicidad, en el cine, en la calle. Nos centramos en nuestra piel, porque es el órgano que nos protege, pero al mismo tiempo es el lienzo que está contando todo lo que nos ha pasado a lo largo de nuestras vidas.
Creo que muchas de las que me leéis o con quienes nos seguimos en redes sociales, estáis de un modo u otro, bastante conectadas con este tipo de cuestiones y sería bonito… coincidir en algo así, ¿no creéis? Si os animáis, avisarme que así con las que no nos conocemos, nos podremos poner cara. ¡Me haría mucha ilusión!
Os dejo con mi narración de la primera edición de La Imperfecta Belleza para Plateselector donde tuve la suerte de compartir mesa con Beatriz Janer, Lola de Nona Bruna y Miren de La Madre de Miren.
¿Nos vemos el jueves 16 de febrero en Espacio 88?
Fotografías de Ampi Aristu