Hace dos días (semanas, siendo más concreta) que algunos tuvimos vacaciones y yo, me escapé, que supongo visteis sobre todo en Instagram, estuve pasando algo de frío por las ciudades de Praga-Viena y Budapest (¡os prometo un post con algunos tips!). Pero… me tomé esa semana creo que en uno de los peores momentos que podía tomármelas (ya sabéis que uno suele planificar los viajes con semanas-meses de antelación sin saber para ese entonces qué estará sucediendo en su vida…) por cuestiones de trabajo. ¡Pero me marché, claro! Y la lástima es que cuando te vas habiendo estado tan estresada, seguir revisando cuestiones de trabajo en el viaje y saber que te espera una vuelta dura… tu viaje y experiencia, no la vives igual y es una lástima, la verdad.
Por eso, estas Navidades, “me quedo en casa”. Suelo huir, no me gustan estas fiestas (lo admito, sí, soy “raruna”) pero… no me veía capaz ni mental ni físicamente y voy a vivir estos días del modo más fácil y sencillo posible…
Hoy termino mi colaboración con una agencia con la que he trabajado desde que me lancé al mundo freelance para poder terminar de volar sola y en las direcciones que realmente deseo, de modo que… creo que podré verdaderamente descansar y desconectar. Tengo tareas pendientes, sí, de mis proyectos, de mi emprendeduría, cuestiones que me apetece hacer y dedicarles tiempo, sin sentirme culpable de estar volcada en ellas porque… estos días ningún cliente me estará esperando. Aprieto el botón de “stop” y esta vez lo hago en serio. Para detenerme, que tan fiel defensora de la vida slow y soy la primera acelerada de la lista. Y centrarme en leer, dejarme caer en el sofá para ver una película, una serie, sean las diez de la noche o las cinco de la tarde… Pasear por la ciudad, coger la bici, ir a desayunar sin tener nada que hacer a continuación, olvidarme de la agenda, ir a yoga por la mañana o por la noche según me despierte… Y compartir buenos momentos con los demás, de verdad, estando presente, sin prisas, sin pensar en lo que hice antes o haré después, sin plantearme la cena de la noche o los regalos de Navidad. Todo se hará, todo llegará, al final, llegamos a todo, pero quizá sin prisas… podría irnos mejor. Estas fiestas, quiero disfrutar de la tranquilidad de estar tranquila (sí, redundante, para reafirmar mi deseo).
¡Felices Fiestas a todos, aunque crea poco en estas fechas, sé que la mayoría lo hacéis así que espero las disfrutéis en familia, con amigos, con aquellos a los que queréis! De todos modos seguiré por aquí así que… ¡nos vemos la semana que viene en este mismo espacio!
Fotografía de Laura Riu