Hay momentos que la ciudad es gris, hace frío, llueve… y se cubre la ciudad de una neblina pero que lejos de afearla, dificultar el paseo, su descubrimiento… la dota de más valor, la hace más especial, interesante e integrante. Y luego salen los rayos de sol y entonces te atrapa del todo, filtrándose entre los callejones, tiñendo esos caserones que medio en ruinas, son encantadores… esos azulejos en los que dejaríamos nuestra huella… Yo me quedo con estos lugares, por citar unos pocos y os recomiendo que los visitéis.


La Torre de Clérigos (al ladito de los dos lugares anteriores).
A Vida Portuguesa, justo al lado de la famosa librería Lello e Irmao, tomada como inspiración de Harry Potter (ahora su entrada cuesta 3€, es bonita, aunque sinceramente creo que debería ser gratuito entrar…). A Vida Portuguesa es una tienda inmensa de dos pisos situada en unos antiguos almacenes. Venden productos típicos de Portugal de toda la vida como jabones, chocolate, cerámicas, libretitas… en Rua Carmelitas.
O’Galería. Blanca, diáfana, pequeña, con paredes atestadas de cuadros, láminas y más cuadros en el centro, listos para llevar… Rua Miguel Bombarda 285.




