Ya lo comenté recientemente en el post del Hotel Brumell. A menudo deseo ser guiri, extranjera en mi ciudad para permitirme el lujo de perderme un día, 24hs sin salir, de uno de los preciosos hoteles que tenemos en la ciudad. Los conozco por las fotos que veo por aquí y por allá, imágenes de gente que se hospeda en ellos, viajeros que vienen a la ciudad y tienen la suerte de escogerlos. Envidio esos momentos y quiero una jornada en uno de ellos. Lo he pensado muchas veces, a lo largo de los años y… recientemente, enamorándome de alguno de estos, me he dado más cuenta de lo que me gustaría vivirlos por un día.
Quizá es absurdo pensar que tomar una noche (y parte del día) en un hotel en la ciudad, es una pérdida de dinero, es un absurdo pudiéndote ir lejos si tienes la intención de dormir fuera de casa, puedes alejarte de la ciudad, ver nuevos lugares, descubrir pueblos-ciudades… pero y si lo que quieres es simplemente rodearte de cosas bellas, preciosas, desconectar, descansar, rendirte a lo bonito, al placer y disfrutar, sin importancia del tiempo, las prisas por llegar donde sea y aprovechar el 100% del tiempo del que dispones para estar en esa habitación con tu persona? Vivir las vistas, esas camas maravillosas que te envuelven, caminar descalzo por alfombras suaves o parquets ideales, ventanas abiertas y cortinas blancas y vaporosas revoloteando, el olor de flores frescas, el desayuno y la cena en la cama, con música de fondo… ¿Quién dijo que no nos merecíamos algo así?
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Mis favoritos…
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Casa Bonay
Recién inaugurado en Gran Vía de les Corts Catalanes, al lado de Plaza Tetuán en un gran edificio de finales del siglo XIX, se encuentra Casa Bonay. Me enamora su templanza, sus plantas, que tenga a Satan’s Coffee Corner y Mother Bcn en la planta baja, ese gran salón-restaurante para cenas y copas y esas habitaciones inundadas de luz, madera y suelos perfectos.
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Imagen de Casa Bonay
Ofelias
Este es un hotel en el que parece ser que se detiene el tiempo. Concebido bajo la filosofía slow, Ofelias se siente como ese destino en el que tomarse la estancia, en él y en la ciudad, como un paso tranquilo viviendo y experimentando los detalles, la paz, la calma…
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Imagen de Alyssa in the City
Margot House
Aunque en pleno Paseo de Gracia, Margot House parece un lugar apacible y calmado, en un edificio espectacularmente hermoso, modernista y con interiores de decoración a base de madera de roble y elementos de diseño perfectos. Una casa de 9 habitaciones, íntimo, personal y familiar. Un lugar que más que un hotel… parece un gran hogar.
Imagen de Trendencias
Cotton House
Hotel de lujo de la cadena Marriot ubicado también en la Gran Vía de Barcelona en lo que era la antigua sede de la Fundación Textil Algodonera. Cotton House cuenta con habitaciones decoradas por el interiorista Lázaro Rosa- Violán, conservando los elementos originales de este edificio del siglo XIX. ¿Quién no quiere dormir en un lugar así?
Imagen de Cotton House
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Y sin duda Brumell de quien ya os hablé… ¿Con cuál os quedáis? Yo sin duda tengo mi preferido. ¿Vosotros?