A mi me gustan las cosas bonitas. Así, a lo grande. Sé que eso es muy amplio, muy genérico pero es que es así, que voy a deciros… Estoy enamorada de lo bonito. Claro que este término no significa lo mismo para todo el mundo pero… Bajo mi concepto de belleza, me enamoran muchas cosas, cosas bellas, finas, con buen gusto, limpias, puras, perfectas, mimadas y cuidadas. Busco la belleza por todos lados, es obsesión, enfermizo. Así vivo mi vida. Pero es bonito, aunque me repita.
¿Y dónde puede estar esa belleza? La busco en los libros, las películas, frases sueltas, imágenes, decoración, las plantas y las flores, un olor, una prenda de ropa, una joya sencilla, un bar-café o tienda nueva, la luz en tantos lugares, una canción…
Alguien me decía hace poco, quizá en un intento por remarcar ciertos aspectos de mi personalidad (que a veces uno se niega a ver, aceptar o creer): “tú eres de esas personas bonitas que le enseñan a los demás las cosas bonitas de la vida”. Precioso, ahí obviamente se me saltaron las lágrimas. Pero siguió: “Eso es así. Tú eres una persona muy bonita que me ha enseñado cosas muy bonitas de la vida, el lado bonito de la vida, esas pequeñas cosas, eso detalles que hacen la vida eso, más bonita. Y tú si no lo fueras, no podrías hacer todo lo que haces…”. Increíble. Son esas personas y esas palabras… que te tocan.
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En la segunda imagen, Espai Joliu en Poble Nou
Fotos: Anna Alfaro
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“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”
Eleanor Roosevelt