Esta podría ser una de mis frases pilares: “El silencio es sexy“. Me encontré con ella en Mallorca, en Sa Fonda de Deià. Me la llevé conmigo, la hice mía.
Aunque cuando estoy en plena confianza con familia y amigos, puedo hablar mucho, creo, siento que soy una persona bastante silenciosa, callada. Me gusta pasar bastante desapercibida, nunca ser el centro de atención y por ello, en según que situaciones sociales, soy más bien observadora. Creo que a veces se percibe como algo extraño (y a veces me he sentido extraña, incómoda en mi actitud o manera de relacionarme) porque hay quien te ve un poco “bicho raro”, distante, seria, incluso… Seca y borde. No es nada de todo eso. Creo que quienes nos compartamos así, necesitamos ese espacio, ese silencio, esa lentitud, esa distancia… Porque nos gusta ir despacio, tomarnos nuestro tiempo, hacernos al lugar, personas, encontrar nuestro sitio y poder sentirnos en casa, a salvo, entendidos… La timidez, algunos miedos, algunas inseguridades, nuestro mundo interior y muchas veces un “exceso” de sensibilidad o un nivel muy alto de emociones (de todo tipo), nos alejan aunque estemos 100% presentes en el lugar. Pero… esa actitud, esa pose que para nada es altiva ni prepotente, es una mezcla de mucho, entre otras cosas, temores.
.Con este encuentro, con este flechazo con la frase de Deià, creo sentirme identificada, segura, agradecida. “El silencio es sexy”. Sí, así es. Me quedo contigo.
.
.
Fotografía: Anna Alfaro, Mallorca verano 2015 en casa de Guillem