Vivimos tan tremendamente conectados a todo que a veces necesitamos (cuerpo y mente lo piden) darle al botón de OFF.
Yo desde hace un tiempo activo bastante a menudo el “modo avión” del teléfono. No únicamente por la noche. También en algunos espacios de tiempo durante el día. No dejar que ciertos inputs me lleguen (sobre todo -o básicamente- de las redes sociales). Centrarme en lo que estoy haciendo y experimentando y no dejarme detener por esos inputs externos. Vivir el presente, vivir eso que estamos haciendo. Empecé a utilizarlo durante el día durante el retiro de yoga. Pasó a ser el status habitual de mi teléfono, prácticamente durante todo el día lo tuve en modo avión y algunos instantes lo conectaba para dejar que me llegaran señales desde el “exterior”. Al volver a la rutina, empecé a emplearlo durante muchos más momentos. Al llegar a casa, conectar la música, tomarme una ducha y cocinar antes de sentarme en el sofá a cenar y ver alguna serie o película. También estando con amigos en casa, comiendo alrededor de la mesa…
Creo que es importante conectar con lo que hacemos, con el presente, y desconectarnos siempre que sea posible del exceso de estímulos al que nos sometemos y la mayor parte de las veces, impuestos por nosotros mismos. No pretendo decir que debamos desconectarnos del mundo y olvidarnos del resto, pero reconoceréis también vosotros que estamos demasiado a menudo, excesivamente pendientes de los emails, mensajes, redes sociales?
.
Imagen: Anna Alfaro, Mallorca 2015
.
¿Qué tal si activamos todos un poquito más el “modo avión”?
.