Hay ciudades que nunca aburren, nunca cansan, nunca dejan de enamorar. París es una de ellas. Da igual las veces que la hayas visitado, siempre encuentras algo que vuelve a enamorarte. Algo o todo. Sus calles, su arquitectura, esos tejados preciosos, las avenidas, los parques y jardines, esos olores deliciosos a croissant y café…
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Y buscas volver para:
Repetir lo maravilloso en cada visita.
– La Place Vendôme
– Place des Vosges
– Perderte en Colette,
– Visitar la librería del Museo Pompidou
– Notre Damme y la Îlle Saint-Louis y de la Cité
– Los jardines de Luxemburgo (mis preferidos)
– Horas y horas en Le Marais (por ello esa fue la zona elegida para dormir durante nuestra estancia)
– La Tour Eiffel, Montmartre y el Arco de Triunfo
Y descubrir cosas que no viste la vez anterior.
– La terraza superior de las Galerías Lafayette con unas vistas impresionantes de toda la ciudad
– Los croissants de Fauchon (a 1,5€!)
– Comprar té en Kusmi tea
– Brunch en Le loir dans la Théière
– Deleitarte con las revistas de diseño y moda de Agora Presse, un verdadero paraíso
– El bonito Café Craft y sus alrededores
– Desayuno, almuerzo o brunch en Soul Kitchen
– Las hamburguesas de Blend
– El precioso The Broken Arm
Fotos: Anna Alfaro