No hablar de las cosas no significa que no pensemos en ellas. Disfrutar de las cosas bonitas y sonreír, no significa que olvidemos. Avanzar e idear nuevos proyectos, tomar nuevos rumbos y seguir adelante, no implica que dejemos atrás a nuestros seres queridos que ya no están. Vivir no significa olvidar. Significa vivir esa vida que quienes nos quisieron y nos siguen queriendo desde donde estén, quisieran para nosotros. Significa darles vida a ellos. Por lo que hicieron mientras compartieron sus días y por lo que soñaron para nosotros sin decirlo. Dejar de llorar o no poder hacerlo, no significa que queramos menos que los que lloran a lágrima tendida. Llorar durante horas y días no significa ser más débil. Cada uno vive las tristezas a su ritmo, a su manera. Lo importante es vivirlo, sentirlo y no forzarse a nada más que a seguir caminando, viviendo y amando.
Este ha sido un enero de reflexiones, de buenos y malos momentos por las decisiones que a veces la vida toma por ti, pero… no dejemos de sonreír, ni que sean sólo momentos.
En las imágenes:
1. Desayuno en Berlín. Así empezábamos el año, 1 de enero en Tempo-Box, Berlín
2. Gofres en Kauf Dich Glücklich, Berlín
3. Reyes en casa. Precioso collar de Après Ski
4. Autoregalo. Mi perfume: Narciso Rodríguez
5. Té y decoración, con Milk Decoration
6. Planificando el mes, el año, la vida…
7. Estar en casa
8. Rodearse de flores
9. Última foto del mes, de la semana, de unos días de duro trabajo. Mimarse con esta maravilla de flores del mismo nombre.
¡Qué tengáis un feliz fin de semana y mes de febrero!