Hay cosas que deberían ser prescripción médica. Un fin de semana fuera y en lugares como el que os presento hoy… liberan y relajan hasta el más estresado, nervioso e hiperactivo (una servidora).
Me encanta viajar, conocer lugares, restaurantes… y aunque nunca lo hacemos tanto como nos gustaría, disfruto cada instante de esos momentos. Quizá mi momento preferido sea el desayuno, si he de escoger uno, sin duda me quedo con ese; con ese momento y con ese instante en el que apartas las cortinas, abres los porticones y las ventanas y dejas que el aire fresco de la mañana te atrape.
Esos instantes y un lugar encantador, eleva exponencialmente la experiencia.
Can Bassa, en Madremanya, elevó todos mis sentidos, me hizo sentir feliz y relajada y enérgica al mismo tiempo.
El lugar es una antigua masía del siglo XIV, rehabilitada y dividida en distintos alojamientos con un encanto y gusto exquisito. Con vistas al campo, salida al jardín y a la piscina, esta casa situada en el casco antiguo del pueblo, es el lugar ideal para relajarse y disfrutar de los preciosos paisajes del Empordà.
Fotos: Anna Alfaro