Si ahora me paro a echar la vista atrás, que es lo que suelo hacer cuando escribo este post cada final de mes y reviso que fué del mes que dejamos atrás… podría entristecerme por cosas que están sucediendo ahora (remover el pasado siempre duele) pero prestando atención a los detalles, la gran mayoría de ellos fueron bonitos, aunque quizá el desenlace final no fuera tan bueno. Este mes de mayo ha sido extraño, muy extraño (por no decir otras cosas) pero estos son los bonitos momentos que sí fueron reales.
Una escapada romántica a Les Hamaques, un nuevo hotel en Madrid, un fin de semana recordando lugares favoritos de esta misma ciudad y un apartamento – altillo encantador; desayunos con una misma, con lecturas interesantes siempre; meriendas con amigas y confesiones necesarias; amigos con casas preciosas que organizan brunchs y alegran los domingos; cafés con leche que sólo sabe preparar esa persona; fines de semana intensivos con mamá y compras que siempre alegran el alma aunque arruinen el bolsillo.
¡Os deseo un mes de junio precioso!