Te puede gustar alguien sin verlo, sin ‘catarlo’, sin ‘probarlo’, sin sentirlo ni olerlo…? Sí. Puedes enamorarte a través de las cartas, los emails, los chats, las llamadas… Y verte un día y sentirte derretir por dentro. Es posible. Doy fe de ello, gracias a todos los astros, dioses o quienes quisieran aliniarse en un momento dado y hasta el día de hoy.
Pero no sólo sucede con las personas. Los lugares también nos enamoran y la distancia también puede funcionar (de entrada). Te puede agradar un espacio sin verlo personalmente y guiarte por las imágenes? Ya dicen que una imagen vale más que mil palabras pero es eso siempre posible? Enamorarse sin verse?
Un poco es lo que nos sucede cuando vemos en las revistas bonitos lugares que nos recomiendan visitar. Los lugares de moda y más solicitados. Pues algo así me pasó con Mi Naranjo en Flor. Seguía a su propietaria (y sigo) en Instagram y de ahí, fui conociendo poquito a poco el lugar. De Instagram pasé a Facebook y espero que en breve, a sus mesitas de la calle Ibiza 19, Madrid. Sus fotografías dicen de todo y más. Felicidades a sus dueños por el gusto exquisito depositado en tan preciosos pasteles, muffins, y el espacio en general. Espero que hasta pronto!
Melodía para esto: Flight for Life, Carlos Jean y Lucía Scansetti