Siempre hay una primera vez para todo. Típico y tópico de la vida oído miles de veces, pero es así, por eso podemos repetirlo miles de veces, hasta la saciedad si hace falta.
Como mujer y profesional del sector, amo las compras. A menudo para muchas se convierte este “hábito”, que lo es, en algo adictivo, paliativo de las penas a menudo, recurso fácil para mejorar el estado de ánimo y de autoestima muchas otras. Y cuando las compras están a la mano de un simple click, y si eres de las que no se piensa las cosas miles de veces, puede resultar hasta peligroso.
Tan involucrada que me siento hacia todo lo online y hasta hace un par de meses no me atreví a este tipo de compras. Si ya suelo devolver más de una prenda cada vez que vuelvo a casa con varias bolsas (en los buenos años, ahora la crisis afecta a todos), mi mente me decía que mucho más “arriesgado” y más números de devolución iba a tener comprando sin probármelo.
Empecé con una bufanda. El margen de error es mínimo. Excepto que el color, textura o venga con un error de fábrica… difícil equivocarse. Difícil pero no imposible. La lana de la bufanda en cuestión (de Asos) es de esas que deja rastro por todas partes. Primer intento y fallido. Con Zara, hace una semana. Encargué una camisa de tirantes. En la webestupenda, maravillosa.
Riesgos: la talla. Siempre dudando. ¿S? ¿M? ¿L? Lo siento pero no siempre vestimos la misma talla, yo al menos no. S-M se alternan a menudo y si quieres que el modelo te quede algo más holgado… L es la solución. Sin probar, complicado, aunque ahí va el riesgo con las compras online. Opté por la M, la última disponible. Quizá una señal.
A su llegada (a tienda, para evitar los portes por entregar en casa) me sorprendió muy gratamente el packaging. Una bolsa exterior en negro con mis datos, neutra, sin señas significativas ni presencia de marca. Su interior, una caja de cartón con el logotipo de la firma en grande, centrado y bien visible. Una caja de cartón pero con presencia. Y entonces la prenda envuelta en papel de seda, en mi caso papel verde pistacho, con la etiqueta de Zara, sujetando la blusa. Una blusa que sino me queda como a la modelo de la web, no me desagrada en absoluto y es una prenda muy versátil. Quizá para próximos eventos de la agencia, quizá para la boda de mayo… Recurrida es, sin duda.
PD: El packaging de Zara estupendo. Nada que ver con la presentación que te dan en tienda, que no calificaré de mala, por qué no lo es y menos por el precio del producto, correcta, simplemente, dentro de bolsas de cartón corporativas. El de Asos en cambio todo lo contrario. En mi caso la bufanda venía dentro de una bolsa de plástico transparente y envuelta en otra bolsa, esta negra, la típica de las empresas de mensajería, con una simple etiqueta –enorme- que contenía mis datos). Nada personalizado como marca, tampoco cuidado, descuidado, hecho sin preocupación por algo que también es importante. El envoltorio sí importa y más en estas cosas que se compran online. Mucho.