Viernes por la mañana. Lluvioso, se despierta el día triste, del mismo modo que se acostó anoche, lloviendo o más bien diluviando. Me despierta el sms de mi madre: “no cojas la moto”. Debe llover mucho, aun no lo sé, pues ha sido el beep de su mensaje el que me ha despertado. Abro los porticones y efectivamente: a cántaros. Agobio. Ir a trabajar en metro o bus me cuesta una vida… Me espabilo, si voy en transporte público puede que llegue para el almuerzo (soy una dramas, si…) 🙂
Mientras recojo, desayuno y me arreglo… Se calma el día. Genial! Moto!
Llego a la oficina algo mojada pero mejor de lo que podría haber sido. Otra vez ‘maleta en mano’. “Donde vas?”. “Vuelvo a Madrid”, explico. “Ya te podrías haber quedado…!”. (Fui miércoles y volví ayer por la tarde, trabajo). Si…
Otros comentarios “Qué vida!”. Pues sí, la de alguien que tiene la pareja en otra ciudad y que se deja medio sueldo en viajes! Qué gusto!
Lluvia… Esperando que cese!
PD: lo siento mamá por no hacerte caso pero fui prudente 🙂