En diciembre hará un año que hablé de este lugar. Hablé de él sin conocerlo personalmente. Se formó una idea en mi cabecita a partir de lo que había leído en internet y visto a través de imágenes colgadas en su Facebook. Me enamoró como bien dije en mi anterior post. Precioso y cálido es lo que me pareció. Casi un año después de “conocerlo” y saber de su existencia, por fin las circunstancias se han unido para que pudiéramos pasar dos momentos en este lugar. Dos, sin duda me encantó como siempre creí y repetimos. Merienda viernes por la tarde y brunch el domingo. Dos momentos, ¡a cual mejor!
Y si repetimos… será porqué allí aguarda mucho verdaderamente muy bueno… Precioso. De una cuidada decoración, con plantas, madera en el mobiliario, revistas y periódicos para los clientes, totalmente exterior, grandes ventanales abiertos, comida expuestde los más gustosa y un personal de lo más atento y simpático. ¿Qué más se puede pedir?
Pues por pedir que no sea porqué en su cuidada carta lo más rico se nos antoja… Bollería, galletas y pasteles caseros, batidos de frutas y helados, capuccinos, tés, cafés… Perfecto para un desayuno, una merienda, un postre después de comer.
Voilà la merienda. Qué ricos muffins..
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Y ahora que nos estamos aficionando a los brunchs y mientras se pueda disfrutar de ellos con el solecito que se mantiene todavía, tomamos la comida del domingo en preciosos lugares, soleados, cálidos y de lo más apetecibles.
En Federal ricas tostadas con huevos revueltos o al horno con los extras que cada uno desee. Champiñones, pesto, cebolla caramelizada, espinacas, salmón ahumado… Creo que me está entrando otra vez hambre… Sin duda, un must de Barcelona!