Hace días, semanas que siento que no piso estos suelos. Hay quién lo ha mencionado. “Hace días que no escribes”. “No tengo tiempo” he respondido… Pero no, no es así… Tiempo, tenga o no, podemos sacarlo de hasta incluso debaje de las piedras, por muy común e irreal que sea el dicho… El caso es que a veces, sentarme a escribir, me hace pensar demasiado en mis cosas, mi vida, lo que me rodea (a menos que me centre en cosas ajenas y más superficiales –que no vanales o no importantes–, como hablar de una exposición de fotografía, de un artista, la moda o el último libro leído, y repito, no digo que no sea importante, es mi mundo, pero no directamente mi vida y lo que vivo, espero explicarme) y la verdad es que a menudo no apetece reflexionar demasiado porqué entonces nos damos cuenta de todo o de nada, y uno se abruma.
Y no tan sólo escribiendo. Sentándote a tomar café con amigos que hacía tiempo que no veías, descubres tu vida y lo que has estado haciendo en ella. Que te gusta, que no, que ha ido bien, como han cambiado las cosas… Y en tu vida siempre está todo en movimiento, quizá demasiado… Quizá demasiado ajetreo, cambios, remolinos, altos y bajos… quizá sin ello no serías tu, pero a veces es realmente agotador… y quizá por ello no escriba. Para no pensar más en los cambios… ni en las rutinas…
La canción que me ha traído a escribir Ayo Technology, de Milow. A ver que os trae a la mente a vosotros…