De repente alguien dice padecer depresión y ves a través de contactos en común como vive su depresión los fines de semana, con grandes fiestas, alcohol y ajetreo. Y su baja médica dice “depresión”… O cómo tu pareja salió con alguien y le fotografiaron de un modo comprometido con quién no tienes ni idea de quién es… ¡cuánto peligro! Asusta a veces… Por eso hay quién decide “no entrar en la red”. Bien que hacen. Los que entran y los que se quedan a sus puertas, manejando su privacidad (y esto no significa que la red no tenga su privacidad. Hay que saber gestionarla, desde luego).
Pero hay muy buenas cosas qué sacar de ella, que en mi caso, no cambiaría por nada… Descubrir esos talentos ocultos que si no fuera por las redes muchos no conoceríamos. En una semana he añadido un mínimo de 2 personas (y es poco quizá, pero prima la calidad en estas cuestiones) con un gran potencial artístico. O quizá sea yo que aprecio de una manera muy intensa estas cuestiones y me sobrepasan según qué capacidades en los demás, pero he “conocido” a personas con un arte elevado en la fotografía, el video, el gusto estético… y GRACIAS a Facebook, ahora puedo apreciar cada día este tipo de trabajos que me alegran la vida, los días y que me hacen apreciar lo realmente bonito.