Y pensando, pues decides cogerte un sobre de esos de Sopinstant, que algo apañarás. La nata líquida por suerte ahí está, en la neverita.
“Oye niña, eres vegetariana? No comes carne?” Pues hombre, no soy estricta, pero comer lo que es comer carne… pues poco. No me des un chuletón que quizá me desmaye… “Nosotros en la Índia tampoco….”, y ahí ya empezamos a darle vueltas al tema y yo pensando en la sartén que tengo encendida en el fuego. “Oiga, le dejo que se me van a chamuscar los preparativos de la Vichyssoise”. “Ves, ves niña, no se te estropee la comida”.
Y corriendo, escaleras arriba ya puedo oler mi comidita empezándose a quemar… Argggg!!!!! Doradita ha de estar la cebolla, pero no quemada! Maldición… En fin, todo se puede arreglar!
Y me pongo con el caldo. Apañamos algo, ya se sabe. Del caldo que ha quedado de hervir las verduras para el lunes (es sábado, pero siempre planificando la dieta de la semana con antelación que después no hay tiempo ni de saltear algo en la sartén!) hago un apaño con el Sopinstant y al final me queda un caldo que mejor que el de la abuela (en fin, sin comentarios… pero algo habrá que decirse…). Así que nada, todo sigue su curso…. Hasta terminar con la riquísima Vichyssoise… mmmmm!!! Bon profit!!!