Haga lo que haga, vaya donde vaya… siempre cargada como una mula. Hoy por ejemplo… Subo por la noche a casa de mi madre y aparte del “bolso con todo lo que pueda necesitar” (todo me refiero a TODO, pedirme lo que sea que suelo llevarlo… dios, un día de estos me disloco el hombro, el cuello… o todo junto. Supongo que por eso me esmero tanto en el gimnasio con según qué grupos musculares. Hay que fortalecerse para soportar la pesada carga del bolso…), me llevo también una bolsa con cosas para mi estancia en La Garriga. Subo hoy por la noche y vuelvo teóricamente el sábado a mediodía. Nada, un día y medio a los más alargarlo. Pues dos mudas, el biquini (para mañana ir a la playa. No a la Garriga, como supondréis, pero por si acaso alguien no conociera con exactitud la geografía del Vallés, aclaro que La Garriga está en el interior, Vallès Oriental), dos pares de gafas de ver (¿Dos? Si, quién sabe…), el libro (Murakami de nuevo), pintauñas (hay que repasarse las uñas y mi madre no tiene exactamente mi color actual), la cámara de fotos (siempre a cuestas), unas sandalias… En fin, y menos mal que los básicos ya los tengo que sino me subo la maleta de viaje.