¿Cuántas personas se habrán cruzado en nuestra vida a lo largo de todos nuestros años? Es imposible calcularlo… Es tan basta la cantidad que nunca podríamos dar con una cantidad que se pudiera aproximar. Nadie se para a pensarlo pero casi cada día conocemos a alguien nuevo que puede entrar o no en nuestra vida, que puede quedarse cerca nuestro o que puede pasar de largo. A veces nos encantaría retenerles, cogerles fuerte de la mano y no dejarles escapar… otras veces quisiéramos que nunca se hubieran cruzado en nuestro camino, aunque fuera como fuera todo… siempre hay huellas tras esos contactos, y para bien o para mal, todo enriquece.
Y nos cruzamos. Nos cruzamos los unos con los otros y los otros con los unos. Vamos y venimos. Hay épocas en las que constantemente conocemos a nuevas personas. Personas que se quedan y personas que están de paso. Hay veces que en pocos segundos sentimos que aquella persona podría ser para nosotros. Podría llegar más adentro de lo que el contacto fugaz significó. Pocas palabras bastan y el presentimiento lo dice todo. Todo para bien y todo para mal. Una semana es a veces necesaria para conocer realmente a quiénes creíamos conocer de meses. Unos minutos pueden ser suficientes para querer saber más de esos otros que por circunstancias, sólo compartieron segundos con nosotros.