La persona está hecha añicos en su interior. Siente que su mundo se está quebrando y no sabe como puede reconstruirlo. Hay días que se siente consciente de ello y tiene ganas de luchar, de volver a ser la chica de antes, de renacer, de construir aquella per- sona que antes era y edificar sobre lo que ahora es, aunque todo se esté desmoronado. Pero el caos se ha instalado de un modo demasiado persistente y sólido en su vida y no hay modo de huir de él. Siente miedo porqué aunque sufre en esta vida inmersa en tinieblas, conoce lo que en ella hay y aunque el pánico, el dolor y el sufrimiento es su forma de vida, está hecha a ello,y es su aliento, su modo de vida, y no quiere salir de ahí. Pero de repente, algunas mañanas despierta y una luz penetrante viene hacia ella. Retazos de vida que aún quedan en su inte- rior y vuelan para rescatarla surgiendo de lo más profundo de su ser. Ella se cerró las puertas al mundo. Levantó muros a su alrededor, quebró su vida, mutiló su cuerpo siendo una niña… Se cerró las puertas a la vida, pero es tarea suya abrirlas de nuevo y darse esa oportunidad al mundo que la espera ahí fuera.